martes, 27 de enero de 2009

Francisco Zamora: Yo pienso en tí

No hay nada que inspire más a un buen poeta que un amor imposible, como el amor que pueda sentir un hombre gordo y feo por una reina de belleza, como el afecto que sintió el jorobado Quasimodo por la gitana Esmeralda que se apiadó de él cuando estaba siendo azotado en la plaza pública, o como el amor que sintió el poeta renacentista Dante Alighieri por Beatriz a la cual como hombre de recursos modestos jamás podría aspirar por pertenecer ella a una clase acomodada pero a la cual inmortalizó en su obra La Divina Comedia. Resulta una de las grandes ironías de la vida que aquellas mujeres cuya belleza les ha quitado el sueño a muchos hombres y que terminaron uniéndose a otro que posiblemente las colmó de bienes materiales han quedado inmortalizadas para la posteridad después de muertas no por el que las cubrió de posesiones terrenales que no pudieron llevarse consigo sino por aquél admirador desconocido que nunca se atrevió a proclamarles en su cara su gran amor no sólo por el temor a ser rechazados sino por la certeza de que jamás serían correspondidos al ser la meta inalcanzable. Un ejemplo lo tenemos en el poeta nicaragüense Francisco Zamora, el cual se enamoró perdidamente de Flora Guzmán, la cual no sólo era una de las mujeres más hermosas de la sociedad nicaragüense, sino que por añadidura era también hija del Presidente de la República Don Fernando Guzmán, el cual como buen padre sólo quería lo mejor para su hija, razón por la cual Francisco Zamora no estaba entre sus planes. Hoy de Flora Guzmán ya no queda ni siquiera el cadaver putrefacto que alguna vez fue después de su muerte, no queda absolutamente nada de su belleza más que las anécdotas que se cuentan de ella. Nadie la recordaría ya de no ser por el siguiente poema dedicado a ella:





Yo pienso en tí
Francisco Zamora

Cuando inclina su faz en el ocaso,
pálido el sol que el horizonte dora,
también se agobia mi cabeza, Flora,
con inmensa pasión, y pienso en tí.

Cuando inclina su faz en el ocaso.
pálido el sol que el horizonte dora,
también se agobia mi cabeza Flora,
con inmensa pasión, y pienso en ti.

Y tu que eres la vida de mi alma,
Tu, ángel protector y mi consuelo,
mi esperanza, mi numen y mi cielo,
Flora mía, mi amor, ¿ piensas en mi?.........

Y tu la estrella que anhelante sigo,
El seno besa a la flor temprana
Y la huerfana tórtola se afana
Gimiendo por su amor.... yo pienso en ti

Única flor del yelmo desolado
de mi vida infeliz, paloma mía,
aurora de mi mas hermoso día,
Tu gimes como yo. ¿Piensas en mi?