lunes, 1 de abril de 2013

Cuando un amigo se va

Un poema muy hermoso compuesto como balada es el que se le atribuye tanto al argentino Facundo Cabral como al también argentino Alberto Cortez y a Ricardo Montaner, aunque la autoría original parece ser de Facundo Cabral, el cual compartió su tesoro con su coterráneo Alberto Cortez y los cuales lo compartieron ambos con el resto de nosotros para enriquecer nuestro tesoro espiritual.

El poema se titula Cuando un amigo se va, y la enorme ironía del título y de su contenido radica en el hecho de que tras el trágico asesinato en Guatemala del fecundo e inspirador Facundo Cabral, Alberto Cortez perdió a su mejor amigo y las rimas de la balada entraron en su corazón con una fuerza y una potencia que jamás se hubiera imaginado. Fue hasta entonces cuando Alberto Cortez comprendió plenamente en toda su profundidad el significado de la letra de la balada. Es una verdadera ironía del destino que a ellos les tocara experimentar en carne propia lo que describe el poema. Seguramente cuando alguno de nosotros pierde a un verdadero amigo, estará en condiciones de poder apreciar en toda su plenitud el mensaje de la balada. Vale la pena tener estos versos a la mano, porque seguramente algún día se podrán ofrecer para poder meditar y reflexionar sobre la pérdida irreparable que hace cierto el refrán “el que encuentra un amigo encuentra un tesoro”.




Cuando un amigo se va
Facundo Cabral


Cuando un amigo se va
queda un espacio vacío
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo.

Cuando un amigo se va
queda un tizón encendido
que no se puede apagar
ni con las aguas de un río.

Cuando un amigo se va
una estrella se ha perdido
la que ilumina el lugar
donde hay un niño dormido.

Cuando un amigo se va
se detienen los caminos
se empieza a revelar
el duende manso del vino.

Cuando un amigo se va
galopando su destino
empieza el alma a vibrar,
porque se llena de frío.

Cuando un amigo se va
queda un terreno baldío
que quiere el tiempo llenar
con las piedras del hastío.

Cuando un amigo se va
se queda un árbol caído
que ya no vuelve a brotar
porque el viento lo ha vencido.

Cuando un amigo se va
queda un espcio vacío
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo.